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Channel: A ratitos perdidos
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Acumulación obsesiva de telas

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Hola chic@s! Tendréis que estar de acuerdo conmigo en que existe un mal endémico de la sociedad costuril que tarde o temprano afecta a toda costurera que se precie: la Acumulación Obsesiva/Compulsiva de Telas (AOT). Sí, sí, no os riáis. Los expertos ya la consideran una variante chic del síndrome de Diógenes. No importa que seas novata o una gran profesional: al final acabarás cayendo en ella. 

 Mis tesooorooos

Al principio, cuando eres novata empiezas comprando un trocito de tela, baratito, por si te sale un churro de prenda. Cuando ya vas cogiendo un poco de destreza, y el miedo a cagarla se desvanece, es un no parar. 
A veces, es por el precio. Jo, es que  hay una mesa llena de retales a un euro. Es un crimen no comprar. Ves un retal floreado horroroso, que te recuerda a las cortinas de tu abuela y piensas "paso"... pero una vocecita en tu cabeza te dice : "unnn euuuro" (lease voz fantasmal). Y vuelves a pensar: "pero si parece salida del Cuéntame".. y la voz se hace más fuerte y poderosa, y repite sin cesar: " uuunn euuuro, unnnn euuuro, uuuuuuuunnnnnnnn euuuuuuro". Y te la llevas, claro que te la llevas. Esa y tres retales más que total por tres euros de nada para algo servirán. 
 Otras veces, ves una tela de lunares que te enamora, de última moda y a un precio divino... y no compras un metro, no. Te traes tres. Porque total, es tan mooona, que con eso le haces un traje a la niña, otro para tí, un abrigo al perro y unas bragas para tu suegra para que luego no diga que no le coses nada. El problema llega cuando tras las dos primeras prendas te salen lunares por las orejas. Tienes tal empacho que eres incapaz de coser nada más con esa tela, a pesar de que te remuerde la conciencia: ¿por qué narices compraría yo tres metros? Llegados a este punto solo caben dos soluciones: o entierras los lunares en el más profundo cajón de la casa o haces fundas. Sí, sí. Fundas para todo: para el móvil, para la tablet, para la Ipad, para el  IPhone, para el IPod, para la bombona del butano y hasta para las gafas de buzo de tu marido...
 Yo pienso que los comerciantes son conscientes de esta enfermedad y se aprovechan de ella. Es más, creo que entrenan a sus dependientas en técnicas de control mental para sacar mayor tajada. Veamos. Vas tú toda convencida a comprar medio metrito de tela para una falda, porque con medio metro, no estás segura pero crees que te da se sobra. Se la pides a la señorita que saca su metro de madera, cual espada láser, y te señala el medio metro. Y ahora es cuando empieza a usar sus técnicas intimidatorias. Te lanza una mirada desafiante. Tú resistes como puedes. Vuelve a mirarte. Tragas saliva. Y entonces dice la palabra mágica: ¿vale?. Y te hace dudar. Sí, te hace dudar. Ahí, amiga, has perdido la batalla. Ahí es cuando dices, bueno me voy a llevar un poquito más no vaya a ser que me equivoque al cortar. La dependienta sonríe satisfecha porque te tiene ya en el bote. Algunas incluso van más allá y te dicen: "es que esta tela está muy bien de precio y es de muy buena calidad". Y te traes tres metros a tu casa, porque total con esa tela le haces un traje a la niña, otro para tí, un abrigo al perro y unas bragas para tu suegra para que luego no diga que no le coses nada. 
 Expertos de todo el mundo aseguran que esta enfermedad llega a su punto más alto cuando confluyen varios sujetos (en este caso, sujetas) infectados por la misma cepa del virus. Va una tan tranquila por la calle y ve " Rebajas: punto de jersey 0,99 €" Le entran los siete temblores y rápidamente wasea: "chicas, ganga de punto por menos de un euro". Entonces entras, tocas la tela y vuelves a wasear: "chicas, de buena calidad, ¿quién quiere? yo me llevo dos metros". Ahora tu smartphone de última generación empieza a pitar y  a echar humo. Aquello parace la bolsa de Nueva York: "Compra, compra,compra,un metro, dos, yo cinco.." El dependiente se frota las manos porque se va a quitar de encima la pieza esa que no vende ni a tiros. Y te dice: "solo queda un poquito para terminar la pieza, ¿te lo echo?" Y sales de allí con un bolsón más grande que el saco de Papá Noel. 


Al principio, al llegar a casa intentas disimular la compra. Apareces con el bolso empetao y te pregunta tu marido: 
- Niña, ¿qué llevas en el bolso?
- El chaquetón, cari, por no llevarlo en la mano. 
- ¡Pero si estamos en julio!
- Ay, hijo, pero no sabes lo fuerte que ponen el aire acondicionado en la oficina..
El pobre te mira  de reojo, suspira y sólo piensa en que al menos dejes algo de dinero para cuando tenga que llevarte al manicomio. 
 También hay estudios que sostienen que la enfermedad llega a su estado terminal cuando el sujeto en cuestión no sólo acumula telas nuevas, sino que empieza a atesorar telas recicladas. Y a guardar manteles, toallas viejas, edredones, camisas, etc..Hasta que un día te soprendes a tí misma diciéndole a tu madre: "¿Pero mamá, cómo se te ocurre tirar a la basura esas cortinas de Naranjito? Dámelas a mí que con eso le hago yo un traje a la niña, otro para mí, un abrigo al perro y unas bragas para mi suegra paraqueluegonodigaquenolecosoná".


Lo bueno es que yo he encontrado una vacuna experimental aunque sólo viene a paliar los efectos, porque de este mal no se cura una nunca. Así que os lanzo el siguiete reto (que no sé si yo misma conseguiré): se trata de hacer una foto de las telas atesoradas en casa y comprometerse de hacer al menos dos prendas al mes con alguna de esas telas. Luego hay que poner una foto con la prenda terminada. El reto lo hago para mí misma, porque después de hacer recuento me ha dado hasta vergüenza de todo lo que tengo (aunque alguna tocaya mía hay por ahí que me da mil vueltas). Pero si hay alguna otra loca que se quiere unir bienvenida sea.
Bueno, chicas, el reto ha sido lanzado. Que tengáis buen fin de semana. Me voy, que he visto una oferta de telas que no se puede aguantar..jajaja



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