Hola chic@s! En primer lugar me gustaría pediros disculpas por haber estado tantos días desconectada. El final de la semana pasada fue un poco complicado en el trabajo y no he tenido mucho tiempo para dedicarle al blog.
Pero bueno ya estoy otra vez aquí. Parece mentira pero quedan tan sólo 13 días para Semana Santa. Este año el calendario corre más deprisa que otros..jeje. A mí siempre me ha gustado mucho la Semana Santa. La he vivido intensamente desde chiquitita. Aunque desde que me casé con el sevillano más antisevillano de toda Sevilla, y sobre todo desde que nacieron las niñas, vivo una Semana Santa muy light. A mi marido no le hace nada de gracia eso de ir a ver cofradías y suele venir solo por acompañarme; y a las niñas, hasta ahora, las he visto demasiado pequeñas para llevarlas a ver pasos y someterlas a una paliza de semejante categoría. Sin embargo, hay una cosa que no perdono y esa es el Domingo de Ramos. Últimamente, desde que todos los amigos vamos teniendo niños (casi siempre hay alguna embarazada, además), solemos ir a pasar este día en alguno de los pueblos de alrededor de Sevilla, que también tienen unas cofradías preciosas, y donde los niños pueden disfrutar de ver el paso de La Borriquita sin bullas ni aglomeraciones.
El Domingo de Ramos es un día muy especial para mí. Me encanta el ambiente que se respira en la calle, los niños bien arregladitos, los muchachitos y las muchachitas vestidos de bonito, que abandonan por un día el look chandalero, los papás orgullosos paseando a sus churumbeles envueltos en lazotes y puntillas.. no sé, a mí me encanta. Me recuerda a mi infancia, estrenando la primera ropita de primavera. Porque en mi casa no se estrenaba ropa nueva tan asiduamente como lo hacen ahora mis hijas. Sin embargo, mi madre siempre me hacía o me compraba algo bonito para estrenar el Domingo de Ramos. Ya sabéis lo que dice el refrán: El Domingo de Ramos al que no estrena se le cae la mano.
Este año, por caprichos del calendario, la Semana Santa cae muy pronto, y parece ser que las predicciones del tiempo no son muy alagüeñas. Yo, liada como estaba (y estoy) con los trajes de flamenca, pensaba ponerles a las niñas algún modelito invernal de los que tenemos en el armario. Sin embargo, no paraba de pensar en mis pobres niñas..¡mira que si pierden la mano porque su madre no les quiso hacer un tracejito para la ocasión! Así que para descansar de tanto volante me puse a idear unos modelitos semansanteros. y por tanto, los primeros de la nueva temporada. Tenían que tener dos requisitos imprescindibles: 1) Debían combinar sí o sí con alguna rebeca y leotardos que ya tuvieramos en casa. Si me iba a tener que poner a buscar chaquetas, leotardos y zapatos, la broma me iba a salir por un pico, y sólo para un rato como que no. Aquí el calor está a la vuelta de la esquina y la puesta de rebecas y leotardos tiene ya los días contados; y 2) tenía que tratarse de un modelo rápido y fácil de hacer, a la par que vistoso y elegante.
Y esto es lo que hice para la peque:
Antes de que lo digáis vosotras lo digo yo: sí, el modelo está muy inspirado en uno de hace varias temporadas de una diseñadora conocida en el mundo de la moda infantil. No es exactamente igual, desde luego, aunque el parecido sí es razonable. Mea culpa. Tenía en casa unas rebecas y unos leotardos color arena que apenas hemos usado un par de veces y quería aprovecharlos a toda costa. Así que este modelo me parecía perfecto para esa combinación.
El vestido, de corte evasé, está realizado en una tela de piqué finito azul marino con adornos de piquillo y tira bordada en color arena. Va completamente forrado por dentro, como podéis ver en la siguiente foto.
Al ser un vestido sencillo, quería que al menos, todos lo detalles estuvieran cuidados al máximo y por ello, tiene muchos remtaes hechos a mano. Las sisa y el cuello las rematé con tirás al biés porque no quería correr el riesgo de que el forro se viera por ninguna parte.
Aquí os lo pongo con la rebeca, que aunque no tiene el tono exacto de la tira bordada creo que queda bastante bien.
Bueno chicas, ya estoy más tranquila porque al menos mi peque no se va a quedar manca..jeje. La mayor llevará un versión distinta de este mismo vestido. Ya sabéis que me gustan conjuntadas pero no iguales, y aunque el traje me está dando muchos quebraderos de cabeza, espero tenerlo terminado durante esta semana para enseñaroslo.
Pues nada, espero no haberos aburrido mucho con esta entrada tan larga.
Un beso y feliz lunes.